viernes, 28 de diciembre de 2012

Rayos y centellas 5/6 Carcassone


Salimos de Montpellier y nos dirigimos hacia Carcassone, quien nos hubiera dicho que después de un año de haber visto aquel pueblecito medieval desde la autopista por fin podríamos explorarlo. Para llegar allí optamos por un medio muy común en Francia el covoiturage. Una fantástica idea, a través de un portal en internet gente que tiene pensado viajar a diferentes lugares da a conocer su ruta para que otros que no tienen coche viajen con ellos compartiendo el gasto de gasolina. Digamos que es un auto stop organizado, y al verdad funciona bastante bien.

Llegamos a Carcassone y nos encontramos con el típico pueblo joyero, todo por y para los turistas que claro acudían en masa. Para empezar ya tuvimos una aventura extramuros hasta que conseguimos dar con el camping en el que dormiríamos, camping que incluso tenía piscina y de  la que nos aprovechamos para dejar atrás el cansancio del viaje.


En el pueblo dimos mil vueltas conociendo sus recovecos y vimos como el día se iba oscureciendo y las primeras gotas caían, pero parecía que allí se quedaría todo. Nada podía hacernos pensar aquello que se desataría por la noche y es que una gran tormenta cayó, una tormenta magnifica que al menos nos proporcionó la posibilidad de hacer alguna foto interesante.


Además de una aventura de asalto al castillo en busca de un lugar en el que refugiarnos. Pero lo más curioso es que se trataba de una tormenta anunciada, solo que no supimos leer las pistas, vimos que se estaba preparando un concierto y la tormenta coincidió exactamente con él, una vez terminó cesaron los truenos y claro no podía ser menos cuando se trataba de un concierto de Lmfao, todo un despropósito que Zeus supo castigar.


Al menos descubrimos que la tienda aguanta bien la lluvia y bueno conocimos un bonito lugar, pero, demasiado masificado, aunque recomiendo parar para conocerlo.



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