domingo, 28 de noviembre de 2010

Puentes III: Cuerpo, voz, movimiento.

Durante los días 8 y 13 de noviembre. Se celebró en Salamanca el taller/laboratorio de expresión corporal coordinado por Giuseppe Stella. En este proyecto se trabajó sobre el concepto de la imagen y su reflejo.

Según la información proporcionada por la Casa de las Conchas el eje temático girará en torno a: La metáfora del yo y su doble, de la imagen y su reflejo, de la realidad y su apariencia, tiene una presencia constante en la filosofía, el arte y la literatura. El espejo ha sido utilizado muchas veces como el símbolo de este juego de apariencias. Su primer efecto fue revelar al ser humano la propia imagen, pero Silvano Tagliagambe se refiere a él como a ese prodigio donde realidad e ilusión se rozan y se confunden. El espejo como imagen de una imagen, como simulacro separado del cuerpo, como alter ego o fantasma nos servirá en esta ocasión para reflexionar sobre la verdad de lo que vemos y la ambigüedad de eso que llamamos mundo real.



Para llevar a cabo este proyecto nos reunimos algunas personas con intereses variados dentro de la expresión corporal la creación literaria, y otros ámbitos.

A lo largo de la semana desarrollamos toda una serie de actividades a través de las cuales el propio Giuseppe Stella configuró un recorrido encajando las piezas para configurar un puzzle donde el movimiento y la voz hablaran sobre la temática presentada.

El recorrido que se presentó ante el publicó que asistió el sábado día 13 a la Casa de las Conchas comenzaba con una coreografía representada en el patio del fabuloso palacio salmantino con el sonido de fondo de una guitarra improvisando sonidos cercanos al minimal.

La voz sirve de nexo entre ámbitos rompiendo con el movimiento en una conversación continua; llevando al público, guíandolo entre los distintos ámbitos palaciegos para llegar a la sala del piso inferior.

Un amplio espacio aprovechado sólo por los performers y no por el público que se dedicaba a tímidamente ocupar el mínimo espacio junto a las paredes (no pasa nada, todo se puede ocupar, pero en realidad demuestra una falta de educación estética efeciva para las representaciones artísticas actuales).



En este espacio se llevaron a cabo las conversaciones interrumpidas. Interrumpidas por la danza y la música del toque de color del espectáculo. Sólo unas líneas generales estipulaban las diferentes partes en que se componía la experiencia; la capacidad de improvisación se volvía clave en cada gesto mostrando y demostrando las múltiples posibilidades de expresión.



La improvisación se llevaba a su máxima expresión en los solos de conversación con una escritura automática de corte dadaista. Movimientos limitados por una pared, una baldosa, unas manos o simplemente un espejo del que no apartar la mirada.



Tras unas palabras de Fichte llegó el momento de los cuadros, palabras lanzadas al aire, para que cinco individuos generaran una escena proyectada como un chorro hacia adelante.



Para terminar de nuevo la coreografía incial, completada con palabras e improvisada bajo la petición de un público que interactuó y formó parte animados y disfrutando como en la lectura final en la que algunos fueron transportado a través del movimiendo de un marionetista a un viaje entre el cielo y la tierra.

En sí la experiencia de poder improvisar a través de un esquema delimitado proporciona la posibilidad de comprender la importancia del momento siempre único y compuesto por una pura sensibilidad.



Giuseppe Stella: enseña Danza Contemporánea y Movimiento, e investiga sobre el lenguaje del cuerpo. Formado en la Escuela Bella Hutter de Turín. Dirige performances con actores, bailarines, artistas de circo y discapacitados en espacios alternativos combinando la danza con otros lenguajes artísticos.

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