domingo, 28 de noviembre de 2010

Mítica 2010, 20-21 noviembre





Parecía que no, pero al final sí. Se celebró este año la mítica con un poco de retraso respecto a los anteriores. La expedición esta vez estuvo compuesta por un pequeño puñado de valientes capitaneados por super-omar y su chaquetón. Marcita fiel acompañante del canijo también estaba presente y como no David, Ramajo y Sara además de Fernando que nos contó sus peripecias asiáticas y aunque tarde bien recibido Luis.




De la ascensión sólo puedo decir una palabra "ciclogénesis", hacía frío, nos llovío, granizo y medio nevo, además de tener un viento que casi merecía más la pena bajarse y empujar que seguir pedaleando.


Pasado el refugio de San Bernardo comenzaron los problemas, al menos para mí, que me quedé cortado, pero conseguí llegar con más o menos tiempo perdido. El viento de cara era intratable pero se consiguió llegar a la plataforma en un festival del humor de resbalones sobre nieve venteada que se encontraba en la carretera y sobre la que nos escupía el viento sanabrés desde la rodera de los coches.







Arriba poco hicimos nos ataviamos con nuestras mejores galas, había una vaca, una gallina y una "bruja" nos hicimos la foto y para abajo. Bajando también iba en la cola y cuando estaba ganando velocidad para pillar a mis compañeros vi una curva que me llevo a frenar y seguidamente un golpe de viento me dio el susto del fin de semana la rueda coleaba de un lado a otro y no sé cómo pude mantener el equilibrio. Casi se pudo ver una vaca volando ladera abajo.



Tras el susto me sorprendio ver que estaba alcanzando a mis compañeros, pero no porque me estuvieran esperando sino proque un fuerte viento no hacia dar pedales incluso cuesta abajo, nunca me había pasado algo así.

Conseguimos llegar sanos y salvos al refugio donde pudimos comer y tranquilizarnos, esperar a Luis y preparar una buena cena a base de pollo, empanada y deliciosas sopas de ajo. Por la noche disfrutamos de un buen refrigerio de mojito y unas proyecciones la mar de chulas, made in Tano.

Al día siguiente fuimos por los caminos tradicionales un buen día de bicicleta, no sé como bajan así de rápido estos chicos... a ver si la próxima vez voy más rápido que luego esperan en los charcos para ver si me caigo :P Lo mejor del día además de cruzar un mar fue cuando salto, al improviso, un corzo ante mis ojos a unos dos metros de distancia, una sensación increible.

Ya empapados y empecinados volvimos al refugio donde volvimos a comer sopitas de ajo y sobras de la noche para concluir con la vuelta a casa, no demasiado cansados pero sí contentos por la aventura de la mítica.

[algunas imágenes han sido tomadas de la entrada de blog de la mítica de Aquellos que suben a las Cumbres del grupo de montaña CIMAS]

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